martes, 11 de junio de 2013

Cuentos Puros: El Pibito



Las cinco pelotas vuelan por el aire en una fiesta de colores. La vista clavada adelante, dándole impulso una a una. La roja, la naranja, la amarilla, la azul, la verde... Vuelan y vuelan. Libres de espíritu y de alma. Y hasta parecen sonreír. Sí, las pelots parecen sonreír.
El Pibito acelera y las hace rebotar contra el techo. No se rompen, ni se quejan de dolor. Lo que gusta no duele. A nadie. Un malabar con el pie, otro con la rodilla y el final digno de Hollywood con las pelotas descansando sobre su nuca. Extiende los brazos hacia los costados, mueve las manitos sucias que no llegan a diez primaveras y pide “un aplaaausooo por favoooooooor”.
La mitad del Subte le regala el sonido que pide. La otra lo castiga con indiferencia. Se sabe, no hay peor castigo posible. Junta algunas monedas. Poquitas, pero las suficientes para mandar algo al exigente estómago que siempre pide un poquito más. Al final del vagón, una señora de cincuenta y tantos otoños, maquillada hasta los dientes, acomoda su cartera imitación de la mejor cartera. Una moneda impertinente rueda por el asiento y cae al piso. Su mano de uñas esculpías queda a centímetros de los deditos sucios del enano malabarista. Los dos van en busca de esos 25 centavos. Es cara o ceca.
-Esa moneda es mía, nenito.
-Ya lo sé, doña, se la iba a dar nomá’.
-Yo no te pedí eso. Dejala.
-La dejo, doña. No la quiero. A la moneda, digo…
Por la noche, en la cena, la cincuentona le contó la anécdota a su esposo, que como siempre le daba más bola a los culos de las bailarinas de Tinelli. “Entendés, querido. Me quiso robar la moneda el mocosito. Así está la calle, querido”.
Por la noche, en la cena, el Pibito le contó a su madre la historia. Un guiso decorado con más salsa que sólido era el manjar nocturno para él y sus cinco hermanitos. Y las palabras del malabarista que flotaron en la casita prefabricada: “Así está la calle, mamá”.

1 comentario:

  1. Siempre dibujo en mi cabeza historias así cuando veo ese tipo de situaciones. Me gustó muchísimo esto, che.

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